Asertividad
La asertividad es aquella capacidad de expresar nuestros sentimientos, deseos, ideas de una manera abierta y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás, con ella podemos discutir de manera adecuada, realizar peticiones para criticar y al mismo tiempo recibir críticas constructivas. Con ella, los seres humanos, nos logramos comunicar de forma congruente, clara y equilibrada. La asertividad se basa generalmente en una aceptación de lo que “yo” siento, pienso y quiero y a partir de eso, tener la posibilidad de expresar mis sentimientos respetando los ajenos. Siempre busca ser un balance entre la pasividad y la agresividad, se basa en la confianza en uno mismo y en el respeto del otro.
La asertividad no solo se aplica en nuestras relaciones exteriores sino también en nuestra relación con nosotros mismos y en como llevamos día con día nuestra vida.
Un ejemplo de una persona que actúa asertivamente es el siguiente:
Un amigo llega a tu casa a cenar, pero una hora más tarde de lo que habían acordado. No llamo para avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza y tienes estas tres alternativas:
a) Conducta pasiva: saludarle como si tal cosa no hubiera pasado y decirle “Entra, la cena está en la mesa”.
b) Conducta asertiva: “he estado durante una hora sin saber lo que pasaba, me has puesto nervioso e irritado, si otra vez te tardas, avísame, harás la espera más agradable”.
c) Conducta agresiva: “Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito”
La manera correcta de reaccionar e esta situación es la asertiva ya que de esa manera le das a conocer tus sentimientos e ideas pero con respeto y cordialidad.
A veces como seres humanos nos cuesta encontrar el punto medio en nuestras acciones, palabras, gestos o reacciones y lastimamos al otro, a veces sin intención. Tenemos que aprender a ser asertivos y de esta manera tener una vida social más amena y con menos problemas provocados por nuestras intenciones mal expresadas.
“Cuando dices “si” a otras personas, asegúrate de que no te estés diciendo “no” a ti mismo”. –Paulo Coelho
